El espíritu Navideño

Mis queridos hoy es un día extraño. Si crees en Dios y rezaste la novena, te llenas de deseos aspiraciones y de fe. Si no crees es un buen pretexto para juntarse con los amigos, familia. Sin embargo hay muchas cosas feas que se observan en las calles, pobreza, material de pobre gente que pide en la vía y pobreza de espíritu de aquellos que atiborran los centros comerciales en búsqueda de un regalo que sirva para mantener las apariencias o el status entre otras cosas.

Para mí el espíritu navideño muy aparte de mis creencias, está en el compartir, más que objetos materiales, buenos momentos, abrazos, sonrisas, palabras, afectos.

Los buenos deseos que van más allá del genérico deseo de paz y amor,
que puedas sentirte libre y hacer lo que desees,
que las cosas te salgan bien, que puedas disfrutar de las pequeñas cosas de la vida,
no te pierdas entre máquinas, trabajo, tiempo,
que no pierdas tu sonrisa,
que no niegues abrazos, ni un minuto de tu tiempo a quien lo requiera,
que sigas siendo persona antes que un ente productivo,
que nunca falte música en tu vida,
que no dejes de jugar no importa cual sea tu edad
y que sigas “viviendo por vivir, como canta un pájaro sin saber que canta o como juega un niño sin darse cuenta que juega” como sugiere Galeano para palear las condiciones adversas de un mundo patas arriba en el que vivimos.

Y obvio que no puedo dejar de escribir hoy sin desearles que encuentren o mantengan viva la llama del amor compartido,
tengan revolcones malditos, que se destruyan a besos, abrazos y caricias,
que viajen, descubran,
tengan muchas tardes de rico café, o vino o cerveza, farras hasta abajo, conciertos a lo bestia y que nunca les falte energía para hacer de este lugar que llamamos mundo un lugar mejor.

Se les quiere
Su amigo, nuestro héroe,

El Sebas*

*ya mucha vaina el rojo y verde navideño, no son mis colores preferidos, aguante el azul!